La trampa de querer ser mejor persona

Hoy reflexiono sobre la importancia de darme cuenta de qué ocurre dentro de mí y cómo eso puede ser confuso, a veces.

Cómo puede ser confusa la experiencia interna es algo que me deja algo estupefacta.

¿Significa que no la veo bien?

¿Significa que no sé mirar hacia dentro?

De alguna manera sí, significa esto. 

Quizás en mi infancia/juventud, no he aprendido a dar significado correcto a lo que experimentaba. 

Mejor dicho: he aprendido a dar el significado que mis padres, y los adultos de referencia, le daban. Ellos a su vez, aprendieron a dotar de significado su vida con lo que sus adultos de referencia les enseñaban… y así hasta el principio de los tiempos. 

He aprendido a jugar un rol basado en un entendimiento sesgado, interpretado y manipulado. No por malas intenciones; sino por ignorancia. Por ejemplo: llevo toda la vida sintiendo un impulso dentro de mí que me lleva a querer ser mejor persona. Siempre he pensado que esto era una parte buena de mí. 

Recientemente me he dado cuenta de que, si quiero ser mejor persona, de base debo creer que «aquí y ahora» no soy tan buena persona. ¿No? Si no, no querría esforzarme y cambiar.

Dicen que lo «mejor» es enemigo de lo «bueno».

Quizás de pequeña me gustara esforzarme para ser una niña buena. Así mis padres estaban contentos; y si mis padres estaban contentos, yo también lo estaba. 

Una felicidad reflejada, que viene después de un esfuerzo, un sacrificio personal; y no como estado natural del ser.

Ha llegado un momento en que si sigo esforzándome para ser mejor, estoy siendo injusta conmigo misma. La vida se ha vuelto un entrenamiento que no da valor a lo que he conseguido, solo a lo que queda por conseguir. 

  • ¿Para qué?

¿Para ser la más cansada del cementerio?

¡Uf!

Entonces, si no quiero esforzarme para ser mejor persona, ¿qué queda? 

Territorio desconocido. 

Inexplorado. 

Lo que me viene es: «ser feliz».

Me queda ser feliz; para ser «la más feliz del cementerio». 

Eso me gusta. 

¿Cómo puedo ver la diferencia entre esforzarme para ser mejor persona y ser feliz

Creo que tiene que ver con lo que siento, con cómo estoy. La felicidad se siente en el corazón. Y es una vocecita en mi cabeza la que me sugiere otro desafío, otro aprendizaje, otro objetivo para ser mejor.

Quizás se trate de comprender que no hay nada que cambiar, nada que hacer, ningún lugar adnde ir para gozar de la paz del corazón.

La paz del corazón, que bien podría ser un derecho fundamental, puede ser argumento de nuestras sesiones juntos de counselling Gestalt.

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Cristina