Muchas veces la solución está justo delante de nuestras narices…
y aun así no la vemos.
O peor: la intuimos, pero preferimos no mirarla de frente.
Jean-Paul Sartre, filósofo francés, decía:
«La diferencia entre la inconsciencia y la mala fe es muy sutil.»
- La inconsciencia es no saber.
- La mala fe es sospechar… y aun así mirar hacia otro lado.
¿Por qué elegimos no ver?
Si fuéramos plenamente conscientes de lo que hacemos —a nosotras mismas, a los demás, al mundo—
quizás no podríamos seguir actuando como actuamos.
Y ahí está el núcleo: hay ventajas en sostener nuestros propios autoengaños.
Cada persona tiene las suyas:
- Evitar el conflicto.
- Mantener la razón.
- No tocar el dolor.
- Evitar la responsabilidad real sobre sus actos.

La generalización como excusa
Hablar en abstracto, generalizar, señalar lo que “hacen los demás”, es una manera de evitar hablar de ti.
De no implicarte.
De quedarte en la superficie.
En Gestalt, preferimos hablar en primera persona.
Porque el verdadero cambio comienza cuando te implicas.
Cuando dejas de esconderte detrás de discursos vacíos y empiezas a expresar lo que realmente sientes y necesitas.
El camino fácil es tentador, pero…
A menudo elegimos lo que parece más fácil:
- Seguir la corriente.
- Complacer.
- Callar.
- No cuestionarnos demasiado.
Pero lo fácil no siempre es bueno.
A veces, lo fácil es una trampa.
Una comodidad que nos cuesta muy cara: nuestra autenticidad, nuestra alegría, nuestra vida verdadera.
¿Estás viviendo desde lo que deseas… o desde lo que evitas?
Entre una sonrisa que esconde una verdad incómoda y un “no pasa nada si lo hago otra vez”,
se nos puede ir la vida.
La verdadera libertad no está en hacer lo que es más cómodo.
Está en atreverte a mirar, a sentir, a decidir desde un lugar más consciente y más auténtico.
Un proceso para salir de tus propias trampas
La terapia Gestalt te acompaña a identificar esas trampas personales que hoy parecen protegerte,
pero que en realidad te alejan de ti. Si quieres empezar a vivir desde un lugar más libre y más verdadero,
este camino puede acompañarte.